Algunas de las lecciones que hemos aprendido de la pandemia de la Covid-19, ha sido el valorar de entre muchas, la familia, nuestro trabajo, pero sobre todo la vida y la salud. Sin embargo también se han visto los efectos que implica, en el plano espiritual, haber relegado a Dios a una mínima expresión.
Confianza en Dios aunque no se comprenda todo de inmediato
Dios necesita que le hagamos un hueco en nuestras vidas, que lo deseemos, para que el pueda respondernos. En su mensaje de Cuaresma de 2014, el Papa Francisco nos invitaba a aceptar nuestras pobrezas, lugar del poder de Dios:
“Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso”.
Se trata de arriesgarnos y salir de nuestra mullida comodidad para dejar que Cristo nos sostenga. Que sepamos mostrar a nuestros hijos que aceptamos lo inesperado con confianza. Fuertes como somos en la certeza de que “todo es gracia”.
La fuerza de la confianza
Si no hemos hecho subir a Cristo a nuestra barca, como nos lo narra en el evangelio Mateo 8, 23-27, estamos perdidos. Igual que interpelaron Santiago y Juan a Dios, diciéndole: “¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?”, a menudo recibimos los accidentes de nuestra vida como injusticias.
A los apóstoles aterrados, el Señor les respondió: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?”. Realicemos un acto de fe en Dios aceptando no comprenderlo todo de inmediato. Tengamos confianza en “este, que hasta el viento y el mar le obedecen”.
Como los discípulos en el Evangelio de Marcos, llevemos a Jesús en la pequeña barca de nuestras vidas. Contar con Cristo es mantener la fe en Él que lo puede todo. Su fuerza nos permitirá afrontar todas las tempestades, combatir todos los vendavales y, con Él, alcanzar la otra orilla.
Y no olvidemos las palabras que el papa Francisco pronunció en enero de 2014:
“La confianza en el Señor: ésta es la clave del éxito en la vida (…), y nunca decepciona. ¡Nunca, nunca!”.
Papa Francisco
ME HIZO BIEN LEERLE, YO NECESITO SENTIR QUE JESUS ME ACOMPAÑA
MUCHAS GRACIAS