Los mandamientos son un tema que nos enseñan en las catequesis de la primera comunión y la confirmación, pero que muchas veces se toman como un tema más y no se les da la seriedad o importancia. Más adelante en la vida adulta solemos desconocerlos y en cierto punto se percibe cierta deformación en cuanto al conocimiento de la ley de Dios.
Este es un tema bastante básico, pero absolutamente vital e importante en la vida de fe. Los 10 mandamientos son una serie de normas que representan la ley de Dios. Fueron entregadas a Moisés y podríamos decir que son un regalo que nos hace Dios Padre a nosotros sus hijos, para que el camino hacia la santidad sea un poco más fácil.
Por ello queremos compartirte una breve explicación de cada uno de ellos, para recordarlos y tenerlos muy presentes en nuestra vida.
1. «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas»
Si vamos al Catecismo de la Iglesia, nos dirá que Dios ha creado al hombre para que le conozca, le ame y le sirva. Dado esto, cumplir con este mandato es simplemente cumplir con el propósito para el que fuimos creados.
Amar a Dios sobre todo, es saber hacer renuncias por Él. Comprender que nada supersticioso condiciona mi futuro, que solamente Dios es lo más importante para mí, y que estar en buena relación con Él propicia que yo tenga buen equilibrio en mi vida.
Este mandamiento implica tener fe en Dios. La fe es la fuente de la vida moral y ella nos lleva a rechazar todo lo opuesto a Dios. También implica tener esperanza, pues el hombre debe esperar que Dios le otorgue la capacidad de amarle y serle fiel. Y por último implica la caridad, pues la fe en el amor a Dios nos debe llevar a amar a todos los hombres por medio de Él.
2. «No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios»
Regula el uso de nuestra palabra en las cosas santas. Dios confía su nombre a los que creen en Él y se revela a ellos en su misterio personal. El Catecismo nos dice que el nombre de Dios se nos da como signo de confidencia e intimidad, por lo que no debe usarse mal.
Confesar sin temor la fe, predicar y evangelizar con profundo amor a Jesucristo y no prometer sobre el honor y fidelidad de Dios, hacen parte de este mandato.
3. «Santificarás las fiestas»
Celebramos el domingo como el día de la nueva creación en la Resurrección de Cristo. Es el día en que nos unimos como comunidad para celebrar una misma fe en Jesús.
En los domingos y días de precepto, demostramos a Dios nuestro amor y fidelidad a Él. Además damos testimonio de nuestra fe al no permitir que las actividades laborales o académicas, impidan nuestra adoración solo a Dios. Santificar las fiestas también hace referencia al descanso y el compartir en familia.
4. «Honrarás a tu padre y a tu madre»
Por medio de nuestros padres hemos recibido la vida y el conocimiento de Dios. Es por esto que nos pide respetarles y ayudarles en sus necesidades, son uno de los regalos más hermosos que nos hace Dios. Este mandato lleva consigo la promesa de obtener grandes frutos espirituales, paz y prosperidad.
Principalmente se ordena a la relación con los padres. Pero se extiende a los abuelos, maestros, jefes y demás personas que Dios en su gracia ha investido de autoridad. Llevando al hombre no solo a ser un buen hijo, sino también un buen cristiano y buen ciudadano.
5. «No matarás»
«La vida humana es sagrada, porque desde el inicio (en la concepción) es fruto de la acción creadora de Dios y permanece en especial relación con Él. Solo Dios es Señor de la vida desde el comienzo hasta el término, nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente» (Donum Vitae, 5).
La vida debe ser respetada porque es sagrada, cada persona ha sido amada y creada por Dios a su imagen y semejanza. Acabar con una vida es atentar directamente a la dignidad de Dios como creador. Este mandamiento es un fuerte llamado a la paz, a evitar las guerras, a luchar valiente y pacíficamente contra el aborto, la eutanasia y cualquier medio de explotación humana.
6. «No cometerás adulterio»
Este mandato nos llama a reconocer el amor como la vocación fundamental del ser humano. También tener claro que cada persona tiene como responsabilidad, reconocer y aceptar su identidad sexual de hombre y mujer.
El Catecismo nos indica que Cristo es el modelo perfecto de castidad, y que cada uno estamos llamados desde nuestras condiciones particulares a vivir la castidad, que no es más que la integración de la sexualidad humana.
7. «No robarás»
Este mandato está ordenado a vivir en la justicia y la caridad en todo momento, en especial en el contacto con los demás y sus bienes personales. Por tanto, toda forma de mal uso del bien ajeno o del bien universal, va en contra del séptimo mandamiento.
8. «No mentirás»
No basta con guardarse de decir o expresar mentiras, sino que yendo más allá, es un llamado a vivir en la verdad. No caer en duplicidades, simulaciones e hipocresías, pues el cristiano no debe avergonzarse de dar testimonio del Señor.
Además, este mandato prohíbe todo tipo de calumnias, chismes, engaños que dañen la dignidad de la persona o que le ocultan la verdad a la cual tiene derecho.
9. «No consentirás pensamientos ni deseos impuros»
El Evangelio de Mateo (5, 8) nos asegura «Todo el que mire a una mujer con deseo, ya cometió adulterio con ella en su corazón». Es así como el noveno mandamiento llama a poner orden y razón sobre las pasiones de la carne, practicando la templanza y la purificación del corazón.
«La pureza del corazón, nos da la capacidad de ver como Dios». Pero para purificar el corazón es necesaria la oración, el pudor, la castidad y la pureza de intención y mirada.
10. «No codiciarás los bienes del prójimo»
«Donde está tu tesoro, allí está tu corazón» Mt 6, 2. El último mandamiento nos prohíbe el deseo desordenado de poder y riqueza. Y nos alerta sobre la envidia que no es más que la tristeza nacida ante el bien material y espiritual del prójimo. Para no pecar contra este mandato, el cristiano debe combatir la envidia mediante la humildad y el abandono en la providencia de Dios.
Espero que este post también te motive a realizar un buen examen de conciencia para que luego puedas confesarte (te recomiendo la conferencia online «Examen de conciencia y confesión»). Déjanos saber en los comentarios cuál de estos mandamientos es el que te cuesta más cumplir, y qué haces para evitar volver a caer.😉
Publicado originalmente en Catholic Link
Así es la palabra de Dios