Muchos vamos a Misa, con la expectativa de sacar el mayor provecho de ella, sin embargo, este depende de qué cambio estamos dispuestos a hacer antes, durante y después de la celebración. Porque lo que se dispone en la Misa, dependerá mucho de lo que se obtiene de ella.
Por ello, queremos compartir contigo ocho consejos que te ayudarán a obtener el mejor provecho de la celebración eucarística.
1. Prepárate adecuadamente para la misa
Lee y medita las lecturas del día antes de ir a Misa, y escucha con atención cuando se proclama la Palabra. Además, estudia las enseñanzas de nuestra Iglesia, entre más la conozcas, más la amarás.
Confiésate regularmente y ora cada día; sin oración, no hay poder espiritual. (necesitamos estar en gracia). En cuanto a lo físico, vístete adecuadamente, no vas a la calle, ni al mercado, irás a un encuentro con el Rey del Amor, es un momento especial.
Llega temprano y siéntate lo más cercano al altar, pues tendrás menos distracciones y mayor tiempo para orar. Una vez en la Iglesia, evita hablar o distraerte con los hermanos, dedica el mayor tiempo para meditar y orar.
2. Ten una actitud adecuada
No esperes de la Misa, un espectáculo o un evento de entretenimiento, estás allí para adorar a nuestro Señor y recibir sus regalos. Busca a Dios en todo momento. No permitas que las distracciones externas, turben tu paz interior.
Vive la Misa, al máximo y llévate a casa lo mejor, la presencia divina de Nuestro Señor y su comunión.
3. Participa plenamente
Canta, sin importar como lo realices, responde las plegarias y reza con ánimo. Recuerda que no importa lo que los demás piensen, pues no estás allí para complacer a nadie, ni para relaciones sociales. Ofrece a Dios tu dolor y tu sufrimiento, tu alegría y tus oraciones.
4. Dispón el corazón para escuchar la Palabra de Dios, y déja que te transforme
¿Estás dispuesto a la posibilidad de que Dios te cambie? Si no lo estás, no sucederá nada absolutamente. Dispón tu cuerpo, tu mente y corazón, y deja que la palabra que se proclama, te desafíe, te transforme y se quede en ti para siempre.
5. Conoce, comprende y proclama tu fe
No te limites a recitar el Credo, proclámalo comprendiendo cada palabra que dices.
6. Dar las ofrendas
Sí, es nuestro deber sostener a la Iglesia, más por nuestra fe, que por la misma Iglesia. Si cada católico diera una ofrenda generosa, piensa en todo lo que se podría hacer.
Dar una ofrenda generosa nos ayuda a ordenar correctamente los dones que Dios nos ha dado.
7. Cuando recibes a Jesús en la Eucaristía, comprende el acto que estás haciendo
No comulgues por comulgar, comprende verdaderamente el acto que estás haciendo: estás asumiendo el Cuerpo, la Sangre, el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesús, de Dios.
Te estás uniendo al cielo en la tierra, te haces uno sólo con el Cuerpo de Cristo. Por ello, ten reverencia y el mayor respeto, recíbelo con amor.
8. Habla a los demás de Él
Una vez concluida la celebración, tienes ahora el poder de evangelizar (compartir la Buena Noticia de Cristo), que es el motivo por el que existe la Iglesia. Es nuestro deber predicar y compartir el Evangelio, no sólo en la Iglesia, sino en nuestra vida cotidiana, con nuestra familia, amigos y vecinos, que se note que Dios habita en ti.
“Si comprendiéramos de verdad la Misa, moriríamos de alegría” (San Juan María Vianney)
BENDICIONES Y GRACIAS POR EVANGELIZARNOS TAN ESPECIALMENTE CON TANTO TESTIMONIO.
Que bonito yo quiero cada día aprender más y más
Muchas gracias Dios los bendiga