Nos encantan los planes, platearnos objetivos y sueños, metas que anhelamos con todo el corazón. Pero, que pasa cuando ya tenemos algo planeado y de repente nos cambian ese plan, nos sentimos decepcionados y a veces hasta molestos. Más si es un plan que ya habíamos estado armando durante mucho tiempo y por el cual llegamos a sentir mucha ilusión.
Sabemos que es importante tener objetivos en la vida, pero para alcanzarlos se necesita una planificación. Sin embargo es normal que cada vez que un plan se viene abajo nos embargue la tristeza o el desánimo, y en ocasiones la frustración.
En cambio, si contamos con Dios todo es distinto. Por ello queremos compartirte estos tres consejos que te ayudarán a comprender la voluntad de Dios cuando tus planes han cambiado por completo:
1. Confía en que los planes de Dios son mejores que los tuyos
Dios ya tiene un plan para ti y es importante seguir su voluntad, no la nuestra. Confía en que Jesús ya conocía eso que te iba a pasar, que te ama y que quiere lo mejor para ti. Entrégale tu fe, deja que haga su voluntad y fíate de Él con plena seguridad. Esto suele costarnos comprender a la primera, pero ciertamente tenemos que vivir en su voluntad, ¡no en la nuestra! Él es más listo, es la sabiduría pura.
Acepta que Dios tiene mejores planes para ti. Aunque el cambio de esos planes al principio cueste mucho».
2. Convéncete de que Dios sabe por qué hace las cosas
Esto suena a frase de abuelita, a un dicho que hemos escuchado por años, pero que termina siendo cierto. Dios ya lo tiene todo resuelto, desde antes de que nacieras. Tu ansiedad sobre el futuro es un desperdicio de hoy, porque no cambiará nada.
Entonces no vivas del pasado o del futuro, vive del hoy. Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero verás resultados si te centrar en el presente. Ve a tu ritmo, no temas pedirle ayuda a Dios, a tus amigos o familiares. Ora con la certeza de que hay un Dios que te escucha siempre.
3. Acepta que no todo está bajo tu control
Sus planes son los mejores, aunque no lo entendamos a la primera. Si las cosas no salen como querías, recuerda esta reflexión y ten presente que pase lo que pase Él siempre va a estar a tu lado. ¿No es reconfortante saber que tenemos a alguien que no nos defraudará?
Terminamos con la siguiente frase que nos gusta leer: «Querido Dios, si hoy pierdo mis esperanzas, por favor recuérdame que tus planes son mejores que mis sueños» ¡Recuérdala siempre!.