En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a la Madre de Dios y Madre nuestra, buscando refugio y protección. ¡Ruega por nosotros Santa Madre de Dios!
Con el Dulce Madre, al finalizar cada oración, imploramos la protección de María y la bendición de Dios.
Oración
Dulce Madre, no te alejes,
tu vista de mi no apartes,
ven conmigo a todas partes
y solo nunca me dejes.
Ya que me proteges tanto
como verdadera Madre,
haz que me bendigan el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén.
En consagración a la Virgen de Lourdes