El monasterio de Jasna Gora, donde se encuentra la imagen conocida como «La Madonna Negra», es casi una parada obligatoria de cualquier peregrino que visita Polonia, que se encuentra en la ciudad de Czestochowa.
El icono de la Virgen de Czestochowa es uno de los más venerados en Polonia y Europa, y representa a la Virgen María con el Niño en brazos. A lo largo de la historia ha sufrido varios atentados que le han dejado marcas en el rostro y el cuello.
El icono original fue destruido y sobre sus restos se colocó el actual. Se trata de una imagen de la Virgen a la que San Juan Pablo II tenía especial devoción y de la que tenía una réplica en el altar de la capilla privada en donde rezaba varias horas al día.
Según la tradición, después de la crucifixión de Jesús, cuando la Virgen María se trasladó a la casa de San Juan, llevó consigo una mesa hecha por el Señor en el taller de San José.
Se cuenta que, cuando las mujeres piadosas de Jerusalén le pidieron a San Lucas que hiciese una pintura de la Madre de Dios; fue la parte superior de esta mesa la que el Apóstol utilizó para pintar la imagen. Mientras aplicaba los broches y la pintura, San Lucas escuchaba con atención como la Madre de Jesús hablaba de la vida de su Hijo, lo que fue utilizado luego para escribir su Evangelio.
La tradición cuenta que la imagen permaneció en Jerusalén hasta que fue descubierta por Santa Helena en el siglo IV. Fue llevada a Constantinopla donde permaneció 500 años, hasta que se convirtió en objeto de varias dotes y así fue como llegó a Rusia, a la región que más tarde se convirtió en la actual Polonia.
Sin embargo, hoy los científicos se inclinan a aceptar una de las dos teorías del origen de la imagen. La primera señala que la imagen fue hecha en Bizancio entre el siglo VI y VII o en Rusia en el siglo IX. La segunda indica que fue pintada entre el siglo XIII y XIV en Italia.
Los milagros atribuidos a la intercesión de Nuestra Señora de Czestochowa son muchos. La documentación al respecto se guarda en los archivos de los Padres Paulinos en Jasna Gora (Polonia).
Uno de estos es el conocido como el Milagro de Vístula: el 14 de septiembre de 1920, cuando el ejército ruso se estableció en el Río Vístula y se preparaba para invadir la ciudad de Varsovia, el pueblo recurrió a la Virgen María. Al día siguiente, fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, el ejército ruso se retiró después que la imagen de la Virgen apareció en una nube sobre la ciudad.
Años después, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes invadieron y capturaron Polonia. Después de haber tomado la ciudad de Varsovia, una de las órdenes de Hitler fue cancelar todas las peregrinaciones ya que estas fortalecían al pueblo polaco.
En demostración al amor por la Virgen negra y la confianza en su protección, medio millón de polacos secretamente viajaron hasta el santuario en contra de las órdenes de Hitler. Después de la liberación de la ciudad en el año 1945, un millón y medio de personas expresaron su gratitud rezando frente a la imagen milagrosa.
San Juan Pablo II visitó varias veces el Santuario. La primera vez, como Pontífice, fue en 1979 al poco tiempo de haber sido elegido como sucesor de San Pedro.