Enmendar nuestras faltas
Tomado del libro: Imitación de Cristo, libro I, cap. 25
Piensa diariamente por qué estás haciendo esta Consagración, y por qué estás dejando al mundo para servir a Dios. ¿Será con el fin de vivir para Él, y ser alguien más espiritual? ¿O será el dinero, la admiración, la fama y la comodidad la que te movió a estar aquí?
Corre, pues, con fervor a la pureza de intención, y así rápidamente recibirás el premio de tu trabajo, y no habrá de ahí adelante temor ni dolor. En este mundo trabajarás un poco, pero hallarás después, en la vida eterna, un gran descanso y una perpetua alegría. Si permaneces fiel en tu corazón, sin duda Dios será fiel y generoso en pagarte.
¡Cuán triste y penoso es ver a mis hermanos andar desordenados, sin hacer aquello para lo que son llamados por su vocación! La misión de enamorar a la Novia, a las almas de Dios y sólo de Él. Hoy Dios nos llama a levantarnos, a reparar nuestros pecados y seguir adelante en nuestro camino espiritual para estar con Él, usando los carismas que Él nos regaló para la edificación de los demás.
No olvides siempre: Si caes… levántate inmediatamente. Entre más tiempo pases en el pecado, más difícil será levantarte. Cfr. Prov. 24, 16.
Recuerda escuchar el audio del vídeo siguiente y hacer las oraciones que te pide. Descarga tu manual de consagración en el siguiente link: Manual de Consagración