Ante la creciente tensión política entre Rusia y países de occidente, Ucrania es escenario de un conflicto armado que podría convertirse en una guerra a nivel mundial. Rusia ha invadido a Ucrania y con ello, la paz del mundo está juego.
Pidamos a Dios pues, que tenga misericordia de nosotros y no permita que el odio, la división y los intereses políticos entre naciones, generen una guerra que no trae mas que destrucción y muerte. Que de sabiduría a nuestros líderes políticos, para que tomen decisiones acorde el respeto, el diálogo y diplomacia, para que reine la paz en Ucrania, Rusia y todo el mundo.
Oración por la paz del mundo del Papa Francisco:
Señor, Dios de paz, escucha nuestra súplica.
Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostilidad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas… Pero nuestros esfuerzos han sido en vano. Ahora, Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: «¡Nunca más la guerra!»; «con la guerra, todo queda destruido». Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz. Señor, Dios de Abraham y los Profetas, Dios amor que nos has creado y nos llamas a vivir como hermanos, danos la fuerza para ser cada día artesanos de la paz; danos la capacidad de mirar con benevolencia a todos los hermanos que encontramos en nuestro camino. Haznos disponibles para escuchar el clamor de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros temores en confianza y nuestras tensiones en perdón. Mantén encendida en nosotros la llama de la esperanza para tomar con paciente perseverancia opciones de diálogo y reconciliación, para que finalmente triunfe la paz. Y que sean desterradas del corazón de todo hombre estas palabras: división, odio, guerra. Señor, desarma la lengua y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos lleva al encuentro sea siempre «hermano», y el estilo de nuestra vida se convierta en shalom, paz, salam. Amén.
!Que Dios en su infinita misericordia se apiade de sus hijos en el mundi, y por manos de María Santísima, nos conceda la paz!