Que busque tu gloria y no la mía.
Tomado del libro: Imitación de Cristo, libro III, cap. 40:
La verdadera gloria y alegría santa consiste en gloriarse en Ti y no en mí mismo. Sea alabado tu nombre, y no el mío: engrandecidas sean tus obras, y no las mías: bendito sea tu santo Nombre, y no me sea a mí atribuida parte alguna de las alabanzas de los hombres. Tú eres mi gloria; Tú la alegría de mi corazón. En Ti me gloriaré y ensalzaré todos los días: porque de mi parte no hay de qué gloriarme, sino de mis debilidades como dice san Pablo.
Yo buscaré la gloria que viene solamente de Dios. Porque toda la gloria humana, toda honra temporal, toda alabanza del mundo, comparada con tu eterna gloria, es vanidad y vacío. ¡Oh verdad mía y misericordia mía, Dios mío, Trinidad bienaventurada: a Ti sola sea alabanza, honra, virtud y gloria para siempre jamás! ¡Amén!
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